Hola Padre mío, ¿Qué pasó contigo pues? Mi Pte. de Misión me acaba de llamar por teléfono, apenas hoy. Creo que ya pasó casi una semana de tu accidente, El Pte. no me quiso decir nada sino hasta después de tus operaciones para asegurarnos que salgan todas bien. Agradeceré a mi Dios miles de veces por que estés bien. No se los detalles como quisiera, pero sí se que fue una muy dura prueba para la familia y para ti una vez más, pero no me preocupa nada por que todo lo puedo en Cristo que me fortalece así como a ti. Gracias al Evangelio sabemos todo y él porque y nada nos importa porque esperamos por un mundo mejor aun en la diestra de Dios, en un hogar sin dolencias ni preocupaciones, sin trabajo doloroso sino un gozo pleno lleno de felicidad para siempre jamás. Pero pues ahora solo lo que nos queda es continuar luchando en el día que estamos viviendo y eso es lo que te pido papi que continúes perseverando hasta el fin, yo ya pronto llegaré también para ser de apoyo así como se que mi mamá y mis hermanos lo esta haciendo en esta momento. Tú ya sabes que es mi mejor deseo de estar ahorita contigo en estos duros momentos pero también tú más que nadie sabes que tengo terminar la batalla en la cual estoy embarcado, y pelear la buena batalla de la fe.
Hay Padre mío, ¿que es eso? ! Primero una pierna y luego la otra! ¿Y tus costillas? ¿Cómo es eso? Tú que tienes una panzota, has de haber volado por el aire y toda la cosa. Me pregunto cuantos ángeles no estuvieron contigo en es momento. ¿Puedes ver los ángeles que están al rededor de tu cama ahorita? Yo si, porque tus ojos son mis ojos y tus oídos los míos.
Bueno papi ya termino este e-mail, solo espero que me puedas enviar la escritura que corresponde al mes de Noviembre que es mi ultima, pero faltan 3 semanas aun.
Hay Padre mío. Te quiero mucho ya lo sabes.
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